Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo (1845-1922) fue un noble con una personalidad pública y privada, que cultivó sus pasiones por la arqueología, el coleccionismo, la historia, la cría caballar o la horticultura, entre otras, pero sin dejar de estar implicado en la política carlista.
En esta aproximación biográfica, Agustín Fernández recorre todas sus facetas, tanto políticas, sociales y económicas, como las históricas y arqueológicas. Para esto ha recurrido al estudio de fondos documentales, públicos o privados, con el fin de lograr un mejor conocimiento de la personalidad de este noble antiguo, adinerado y protector de sus colonos, con ideales carlistas y con intereses culturales y arqueológicos.