La expansión del estado romano por el Mediterráneo supuso la generalización de una serie de normas con las que se regulaban ciertos aspectos de la vida social de sus habitantes. En los albores del gobierno imperial, dicho marco normativo sufre una serie de cambios fundamentales. Augusto y sus sucesores establecieron una serie de políticas sociales destinadas a un control más efectivo de la población y del estatuto de ciudadanía. Estos mecanismos de regulación social se articulaban en torno a diversos planos de la vida cotidiana como los impuestos, la propiedad, el parentesco, las herencias o la procreación. Pero estos aparatos de Estado afectaban de un modo desigual a los distintos miembros de una comunidad.
En este libro, Jesús Bermejo aborda precisamente esta cuestión: la forma en estas políticas sociales romanas afectaban a las vidas de las personas. Tomando como caso de estudio el territorio de la mitad oriental de la Meseta, el autor se enfrenta a este problema a través de tres preguntas fundamentales: ¿Qué condicionantes culturales y materiales subyacen en la configuración de las políticas sociales promulgadas por los gobernantes romanos? ¿Cómo afectaron dichas políticas a la vida cotidiana de los habitantes de esta región? ¿Qué respuesta tuvieron estas políticas sociales por parte de dichos habitantes?
Para tratar de responder estas cuestiones recurre al análisis comparativo de diversos tipos de fuentes (arqueológicas, epigráficas, jurídicas, etc.). A través del cotejo de esta información se realiza una caracterización histórica del impacto de algunos de estos mecanismos de coerción social en los habitantes de la región, así como de sus implicaciones en los diversos ámbitos de su vida cotidiana.