Presentamos aquí el análisis y revisión de las excavaciones realizadas por Mª Isabel Ongil Valentín entre los años 1985 y 1990 junto al recinto A del castro de Villasviejas del Tamuja, que no fueron publicadas en su momento. A pesar del tiempo transcurrido, opinamos que tiene un enorme interés abordar su estudio porque nos permite culminar la investigación que, desde hace años, venimos haciendo de este sitio. El estudio de la estratigrafía de esta zona de la muralla nos ha permitido conocer la secuencia cultural de uno de los poblados más significativos de la Segunda Edad del Hierro de la Alta Extremadura, que abarca desde el siglo IV hasta mediados del I a. C. Los diferentes niveles de ocupación ya se conocían en otros puntos del poblado, en sus necrópolis y en su entorno, en los que se han documentado distintas fases en la evolución del poblado. Si éstas ya estaban especialmente bien identificadas en las distintas necrópolis,
que proporcionaban una estratigrafía en horizontal, el análisis de las excavaciones de Ongil las confirman con la estratigrafía vertical que damos a conocer en este trabajo. Lo más destacado es que marcan tres etapas en la vida de Villasviejas, en las que se explica su desarrollo a lo largo de toda la segunda mitad del primer milenio a. C., que sirven de referencia para el resto de los castros de la cuenca
del Tajo a su paso por Extremadura. Esto nos permite ofrecer una visión general del poblado desde el comienzo de su ocupación hasta el momento de su abandono, al tiempo que dicho yacimiento se
convierte en un punto clave para entender la secuencia de la Segunda Edad del Hierro y el proceso de romanización en esta zona.
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