La presente publicación realiza un acercamiento a la realidad política y territorial de la Extremadura Castellana Oriental entre los siglos VIII-XIII. Para ello toma como referencia un escenario concreto, el valle del Riaza, con la intención de depurar sus elementos historiográficos más estereotipados. En este sentido, la investigación recogida en estas páginas revela cómo los concejos de esta zona tuvieron una génesis autóctona al albur de los patrones poblacionales gestados desde la tardoantigüedad. Ello facilitó la articulación de una red territorial de baja jerarquización en torno a determinados asentamientos en altura que son identificables después de la invasión islámica.
Se conformó así un espacio de frontera en el que afloraron algunas influencias andalusíes, de origen y diversa naturaleza, que concedieron al territorio su propia personalidad. Ésta se verá reforzada después por el ordenamiento jurídico, personificado en la figura del Fuero de Sepúlveda (1076), y las estructuras feudales cristianas. La posterior implantación de sistemas concejiles creó una esfera de intervención pública que modificó el aprovechamiento económico, al subordinar los espacios aldeanos a unas villas cabeceras, aunque coexistió también con otro ámbito de intervención de carácter privado, con caracteres plenamente señoriales.