Este libro tiene por objeto el estudio de una de las muchas manifestaciones de exaltación de la monarquía propias de la época moderna. En esta ocasión el protagonismo recae en las celebraciones fúnebres a la muerte de una persona real (reyes, reinas, príncipes), sobre todo aquello que se hacía “Quando mueren los reyes”.
Encaramados a la atalaya que ofrece la ciudad de Burgos en los siglos XVI y XVII se ha abordado el análisis de todo un proceso, desde que se tiene noticia de una enfermedad regia hasta que se produce el fallecimiento y las consecuentes reacciones.
La obra se estructura en cuatro capítulos. En el primero se trata la cuestión de la importancia de la salud real en el contexto de una sociedad regida por un sistema monárquico. Se establecen cuáles son los cauces y niveles de información a este respecto y cómo se actúa ante noticias de esta naturaleza. En las pertinentes rogativas “pro salute” los vasallos solicitan al poder divino el restablecimiento de unos personajes tan destacados del orden vigente, como son los soberanos. En el segundo capítulo se analiza la cuestión de cómo se recibe la noticia de un óbito regio y su inmediata comunicación al vecindario. También los cambios que a partir de ese momento afectan a su vida cotidiana, traduciendo en su comportamiento la plasmación del respeto y el dolor por la pérdida. El tercer apartado está dedicado a la organización de unas honras fúnebres reales, en una ciudad que ostenta el título de “Caput Castellae”, para disponer de todo lo que se estimaba necesario en una solemnidad de este tipo, mezcla de sufragio cristiano en beneficio del alma del difunto y de homenaje y exaltación política de la persona real fallecida (misas “pro anima”, embajadas de pésame para presentar condolencias, lutos, cera, monumento funerario, certámenes poéticos). Y en cuarto y último lugar se atiende al desarrollo de las exequias, las celebraciones litúrgicas y su significado: procesiones, misa y sermón fúnebre, así como a los comportamientos de los distintos colectivos e instituciones y de los individuos que los conformaban, cada uno llamado a representar el papel asignado dentro de esta función dramática.