Tradicionalmente, la historiografía medieval ha abordado para la Baja Edad Media castellana el análisis de las relaciones entre la Corona y la alta nobleza titulada, o entre las ciudades, o mejor, entre sus elites gobernantes y la Monarquía. Partiendo de una metodología novedosa, la autora se plantea como objetivo el análisis de las relaciones entre el linaje de los Velasco y la ciudad de Burgos en los siglos XIV al XV, partiendo de la hipótesis de que las mismas permiten entender en qué medida el conflicto/colaboración entre nobleza y elites urbanas sirve a la construcción de las identidades políticas de ambos grupos, ayudando al desarrollo de una identidad participada en la propia ciudad de Burgos. Asímismo, el estudio de ambos se presenta especialmente significativo en una ciudad como Burgos que ha sido considerada prácticamente libre de injerencias nobiliarias, máxime al situarse en un momento histórico, el de finales de la Edad Media, en el que la afirmación de los distintos poderes políticos y las relaciones establecidas entre ellos se han destacado como claves para el nacimiento de la llamada Monarquía Moderna.
Este estudio incide, además en el novedoso e inédito análisis de la identidad política urbana, sólo recientemente tenido en cuenta en los estudios sobre la ciudad, cuya capacidad para abordar viejos temas bajo nuevos enfoques está demostrando que las vías y temas de estudio sobre las ciudades medievales castellanas, aún no están ni mucho menos agotadas.